Viaje interdepartamental del IES La Escribana [Villaviciosa, Córdoba] al P. N. Cabo de Gata-Níjar (Almería) / I Ciclo de Secundaria / 18-20.5.2015

jueves, 21 de mayo de 2015

Día Tercero, 20.5.2015: Los Millares del Calcolítico y la puerta occidental de lo oriental mediterráneo, Gata (el origen de la civilización)

Día Tercero, 20.5.2015, miércoles

José R. Pedraza (Córdoba). Ayer por la tarde, saliendo de la playa, a tod@s nos costó recoger los bártulos -era la mágica hora-. El profesorado dándole al ingenio para ver cómo esto se podía reproducir (el viaje, no abandonar la playa): “¿Aquí con otros jóvenes que cada año que pasa son otr@s? –nosotros más viejos –plural mayestático-, ellas más guapas, ojo-. ¿Dándole cancha a Andalucía con l@s mism@s –si quieren seguir- sin abandonar el carácter de este episodio?¿Qué fórmulas educativas y formas administrativas para darle continuidad en el tiempo?¿Cómo nos apañamos para hacer esto, algo que merezca la pena por encima de las obligaciones –dar clase, poner notas y rellenar bobadas-? Los tres tenemos claro que un año entero, complementaria y programadamente –reproduciendo las vivencias escolares de cuando algunos éramos de la EGB- merece estudiar un territorio al que luego se irá, no para ver, sí para mirar, para escrutarlo y aprehenderlo (aprender haciéndolo de uno y uno de él).
En nuestras abiertas ensoñaciones, Juan-Carlos-al-volante que se suma a la fiesta: “Y yo con vosotr@s, pero más tiempo, por lo menos una semana”. Ya tenemos chófer, por algo se empieza. Otra justificación para disipar dudas y alimentar convicciones. No es cosa de cortarle la cara a nadie, ¡chimpún!
Y hablando de caras, pongamos algunas. Sin afán de hacer crónica oficial de todo, todo, todo, glosar que:
·         Como en Granada, el tino de Carolina con Google Maps y las coordenadas es total. Los Escullos, desde hoy, lo dejamos apuntado en el directorio telefónico. Buena relación calidad-precio. Acierto.
·         Por DACE (actividades del ‘más allá’, diría Iker Jiménez), Virginia Ruiz García (ahora  he escrito bien los apellidos; perdón, no contrasté la información que resultó ser fallida) dio indirectamente con el hombre-guante al volante. Acierto.
·         Las profas, Amalia y Sonia, por todo lo que hicieron: listas, reuniones,…y por toda la armonía que hemos tenido veinticuatro horas de veinticuatro.
·       Paco, que siempre estuvo pegado al proyecto y que la coyuntura dejó en tierra. Lo tuvimos presente con los mensajes, con los cuadernillos grupales playeros.
·         Tod@s l@s compañer@s que han mostrado sus afectos (o envidias sanas –“¡qué cara tenéis!”; “besos, guap@s”.
·       Las familias que muestran su buena cara, que reconocen, que no escatiman valoraciones, piropos o críticas constructivas, las que no conectan en una relación directa e inmadura la nota de clase con el trato personal, las que las veletas las dejan para indicar la procedencia del viento.
·    La cara simpática y agradable de Joaquín y Victoria, el camarero y la camarera. El trato era tan bueno como la comida, que era buena y abundante, y a algún@s llegó a sabernos tan bien una cosa como la otra, o quizá mejor el primero. Con buen trato, sabe mejor la comida; hasta la mala puede hacerse buena. Milagro.
·        Y si me dejo a alguien de buena voluntad, que me perdone o que Dios se lo pague.

La mañana se presenta de cielo gris, enturbiada. La noche fue más tranquila que la anterior en lo humano, según informes secretos de toda solvencia. En lo meteorológico, ventosa (en lo meteorológico). El despertar fue inevitablemente prontillo en la tienda número 8. En las siete precedentes hubo que tocar diana para que algo se moviera. “¡Buenos días!”; “¡Noooo!”; “¡Uahhhh!”; ¿Ya?”; “Ahora vamos”; “Párate”; “¿Qué hora es?”; “No queremos desayunar”. 7 dormitorios 7. ¡Torea eso!
El desayuno se formalizó por fin. Rutinas disciplinadas, o sea, aprendidas. Las tostadas volaban; el tazón de cacao, soplado; repiqueteo de cucharillas; tomate con cuchara sopera; mermelada y mantequilla por decímetros cuadrados; idas y venidas. Buena ingesta para un día de estudio y viaje, un día de estos nuestros.
Comenzó el repliegue de tropas. Encasquetar tanto despliegue de medios, trapos, latas, bolsas,… parecía misión imposible. Los torreones plastificados se habían convertido en auténticos bazares de un multicolor salvaje que parecía imposible de compactar. De común, tigreras.
Tras varias pasadas amonestadoras y advertidoras, el espacio comenzó a surgir, esto es, la distancia entre dos objetos. Del horror al vacío (horror vacui) al racionalismo grecorromano (urbs quadratta). Orden de salida: ¡Arrrr! Desfile poco decidido por todo el camping. No había claro convencimiento de querer salir. Algún significado tendrá esa falta de diligencia. Despiert@s y comid@s estaban. Prisa, la justa. ¡Uy!
Revista a las ‘fortalezas’ que ya no olían a plástico (tic-tac, tic-tac, tic-tac), cierre de cremalleras (habitaciones, armaritos, puertas de entrada), candados, y llaves a la recepción. Paso de la barrera, y el retorno se nos adivinaba entre lo inevitable y los dilemas de los porqués y los paraqués. El pasaporte tendrá un sello duradero, así lo dice Mª. D. Habas en su gentil comentario, y así será. Así nos sucedió a algunos hace muchos años con aquellos vanguardistas de la tiza comprendiendo mundo por Cazorla y por Las Alpujarras, cuando todo era más sencillo y la educación había que hacerla de otra manera, y a muchas cosas se las llamaba por su nombre. Ahora no.
El día tenía dos partes, más el kilometraje como mallazo para moverse por él.
La primera parte era ir al mismo cabo, la proa sureste de la Tierra de los Conejos, la Isephanim fenicia, la España de ell@s. Por el camino, rodeando la Sierra del Cabo de Gata, sesión teórica de lo mirado: Pujaire,  Almadraba de Monteleva, las Salinas,…Factores y elementos del llano oriental de la bahía, relaciones con otros espacios…, y el Faro (1867), el Arrecife de las Sirenas, la Vela Blanca, y respirar el sitio en su magia formal, en su unicidad. No pudimos resistir apelar a la utopía, se nos salía por la boca: Cabo de San Vicente (Portugal), Finisterre (Galicia), Creus (Cataluña), la piel de toro que se debería conquistar, para ser mejores, para crecer mejor. ¡A por ellos!
Repliegue necesario del plus ultra, y merodeando la bahía de ese espejo del mar (que es lo que significa probablemente Almería), búsqueda algo tortuosa de otro mojón del camino: pasamos Gádor, Benahadux,…
La segunda parada era Los Millares (Santa Fe de Mondújar), otra de nuestras ilusiones. No cabe la geografía sin la historia, la historia sin la geografía.
Sonia tuvo que telefonear para ajustar horarios (como hizo otras veces), siempre diligente, y todo encajó cual rompecabezas. Los Millares ha evolucionado desde que la conocimos hace dos décadas: centro de interpretación, reconstrucciones de tholoi (enterramientos), cabañas y muralla. Patricia y César (que no son romanos) nos atendieron maravillosamente, adaptación a las circunstancias: documental de contextualización, explicación del entorno a partir de una maqueta, recreación interpretativa a partir de un panel mural,…y paseo, bajo el plúmbeo cielo, para llegar hasta las reconstrucciones. Objetivo conseguido. L@s chic@s entusiasmad@s, atent@s a las explicaciones respetuos@s en todos los ámbitos. Amalia y Sonia, sorprendidas y felices. Todo en una hora, la quinta, de 13 a 14, cumpliendo horarios. Pero ésta hizo por mil. Si así fuese de vez en cuando, otro gallo cantaría, pero tanto corsé, tanta administración burrocrática (no hay error aunque aparezca el subrayado rojo)(1),...Buahhh. ¡Sigamos el camino, andemos!
El turbión ciclogénico la tomó con nosotros (el típico chaparrón de c……-a veces mejor no llamar a las cosas por su nombre, que estamos muy sensibles-). Almería se hizo La Coruña, el Mediterráneo se travistió de Atlántico, y mayo de noviembre. Retrasar el almuerzo picnic como estaba previsto, se hizo obligación. Pasamos de provincia, ganamos altura, y al poco de Guadix, entre el altiplano y el Puerto de la Mora, las talegas se abrieron en torno a una báscula de pesaje de camiones, propiedad de la Junta de Andalucía y usada por la Benemérita, al mismo pie de la autovía. El sitio era algo anodino, feo como pocos, pero lo hicimos nuestro. Hacer bella la fealdad, otro aprendizaje (por cierto, conozco algún@s que en el paraíso pedirían la hoja de reclamaciones, ¿será posible?). No nos estorbaron ni el ruido, ni los perros abandonados, ni la basura estratiforme de los filos y cunetas. El sugerente nombre del restaurante el Mirador absorbió a toda la tropa. Cafés, helados, algún regalito, WC.
A las 16 y algo, a pasar páginas del mapa de carreteras. Camino inverso. Alto en Lucena, no había aguante. WC. Campiña-Vega-Sierra Morena.
Llegados al Arroyo de la Tolva, balance por micrófono: que si hay que estudiar más para viajar más (queda todo por aprender; que estábamos orgullosos y contentos de haber viajado junt@s; que no debería quedar esto así;…), pasadas las 20 h, “Bienvenidos a Villaviciosa”. Travesía, polígono, las familias intercambiándose sus llamadas, las anécdotas de tres días.
Se me olvidaba: le dimos el único (y más fuerte, por tanto) aplauso a Juan Carlos de ArribasSur (aprovecho para dejar escrito, porque lo dije, que me lo pido para el próximo ‘tour-de-horizont’, requisito inexcusable).
El bus quedó vacío. Unos, corriendo para el fútbol como locos; otr@s para sus casas y sus cosas. Juan C., Amalia y el cronista –Sonia no pudo subir y se quedó en Córdoba- nos despedimos solos y henchidos de que todo salió bien. A salvo, sanos (quitando alguna magulladura, picaduras, ronchas,…). No se olvide, éramos expedicionarios, antes legionarios, tropa,….
Lo que quede por contar, cada cual lo hará más oralmente que otra cosa. Algun@s escribiremos probablemente dándole otra forma que lo que ha sido este instantáneo y destartalado blog.
El tiempo dirá lo que supuso, si mereció (a veces no se podrá medir siquiera dicho impacto). El tiempo hará que se reviva algo parecido, o no. Lo que nadie dirá es que no estuvimos por ahí a nuestra manera, siendo lo que queremos ser y que sean.



(1) La lista es interminable, ya la hemos ido desarrollando en otros escritos, y seguiremos con la catalogación desgraciada e irremediablemente, porque nada apunta a que las cosas sean razonables y justas (a nuestro entender, lógicamente).





2 comentarios:

  1. Buenisima la descripción y buenisimas las fotos.L@s niñ@s cuentan que lo han pasado genial y con ganas de repetir. Muchas gracias a tod@s l@s que habeís colaborado para llevar este proyecto a cabo,tanto a l@s que has estado allí como a l@s que se han quedado en tierra.

    ResponderEliminar
  2. Buen artículo josé ramón el publicado en la revista eco que por otra parte me ha permitido conocer esta revista digital. me encanta la lectura y la tendrés en mis próximas lecturas.

    ResponderEliminar